Es la Hora del Vermú

Es la Hora del Vermú

Se dice que fue Hipócrates, en la Antigua Grecia, quien probó a macerar vino con ajenjo y díctamo, germen de lo que hoy conocemos como vermú, o vermut. Que no vermouth o vermout, ambas voces francesas que, en muchos casos, se cuelan en los medios de comunicación, creando una dicotomía entre la adaptación y el extranjerismo. En ese sentido, la RAE es clara y especifica que lo adecuado es utilizar la adaptación a nuestra lengua: vermú o vermut. Cabe recordar que este término tiene origen alemán y significa ajenjo.

Pero más allá de debates de etimología lingüística, lo que está claro es que si hay una bebida que ha sido capaz de apoderarse de una tradición social y cultural, esa es sin duda el vermú. Un caldo que, a raíz de su éxito, ha generado su propio espacio del tiempo. ¿O acaso nunca han dicho o escuchado: “es la hora del vermú”? Un período que transcurre, generalmente, entre las 12 y las 14 horas. Incluso, ha irrumpido en nuestro lenguaje con el término ‘vermutear’. Un pasatiempo en colectivo para charlar y debatir sobre lo divino y lo humano. Y casi siempre, con ese sabroso vino aromatizado de por medio.

Pero más allá de debates de etimología lingüística, lo que está claro es que si hay una bebida que ha sido capaz de apoderarse de una tradición social y cultural, esa es sin duda el vermú.

VERMÚ
VERMÚ GOLFO

El primer vermú español data de mediados del siglo XIX. Un licor fruto de una mezcla artesanal de vinos, mistelas, hierbas, plantas y raíces, que llegó a nuestro país de la mano de la familia Perucchi, la cual dio nombre al primer vermut español. Concretamente, Augustus Perucchi es considerado el padre fundador no solo de una bodega cuyos registros se conservan todavía en la Cámara de Comercio de Barcelona, sino de este caldo en España.

Siglo y medio después del desembarco del vermú en nuestras fronteras, podemos decir que España es un auténtico vivero de este caldo milenario, con decenas de marcas abriéndose paso en un mercado tan competitivo. Los hay rojos, blancos, rosados y seco; adaptados cada uno al paladar del consumidor. Cabe destacar que esta bebida ha irrumpido con fuerza, en los últimos años, en el público más joven. Incluso, muchas ciudades españolas cuentan, cada vez más, con vermuterías especializadas. Y es que, de todo ello, podemos extraer que España goza de gran salud vermutera. Es la hora del vermú.